miércoles, 16 de abril de 2014

La orden del moribundo

Es más común de lo que parece.

Con bastante frecuencia se conocen casos en los que el moribundo pidió que tras su muerte se procediera a la quema de su diario personal o sus escritos, orden que cuando no ha sido respetada, ha permitido disfrutar de grandes obras literarias o conocer documentos de gran valor.

Este día, 16 de abril, publica el periódico El Pais, que el Papa Juan Pablo II ordenó a su secretario que quemara sus escritos, instrucción que evidentemente no realizó.

Tal vez esos escritos no tengan un gran valor literario, pero la gente que admira a Juan Pablo II podría hacer de esa publicación un éxito de ventas.












(Foto tomada de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/04/15/actualidad/1397578789_396763.html)


Un cuento corto sobre esta prática podría abordar la idea de que la persona que recibe la instrucción del moribundo, lee los materiales escritos y le parecen tan fascinantes que los publica bajo su propio nombre, teniendo un gran éxito editorial.

Este cuento podría quedar así:

EL GRAN LEGADO

El moribundo ordenó a su secretario quemar sus escritos, pero éste los publicó bajo su propio nombre, logrando un gran éxito editorial.


 Claro, este se me acaba de ocurrir y ya lo subí al twitter, pero de hecho, ya tenía uno semejante que había escrito con anterioridad que se refiere al momento en que la persona que recibe la instrucción la cumple al pie de la letra:


AL PIE DE LA LETRA

Moribundo ordenó a su mejor amigo quemar sus geniales apuntes, cosa que ni tardo ni perezoso éste cumplió al pie de la letra.  



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