jueves, 12 de abril de 2018

Cómo escapar de la cárcel

Puedes salir de la cárcel vivo o muerto.

Si escapas vivo, entonces deberías de contar con mucho dinero para pagar la logística y el precio del proverbial sistema corrupto de justicia mexicano.

Cuando existe sentencia condenatoria de prisión---seas culpable o hasta inocente---, es un buen momento para pensar en fugarte. Obviamos desde luego que hayas sobrevivido a los vicios, la depresión, el suicidio, las enfermedades o a las violaciones y otras amenazas características del sistema carcelario de nuestro país.

Si no tienes dinero, pero tienes agallas, valor, astucia y fuerza, entonces puedes ofrecer tus cualidades a un judío millonario preso para ayudarlo a escapar de la cárcel y de paso que te dé un aventón hacia la libertad.

Al menos ese es el testimonio del venezolano Carlos Contreras Castro, que fue sentenciado a cinco años de prisión, primero en Lecumberri y luego en el penal de Santa Martha, por andar vendiendo bebidas adulteradas, carros chuecos, documentos oficiales falsos y también por no satisfacer la ambición desmedida de dinero de sus socios policías.

A pocos meses de obtener su libertad con todas las de la ley---y después de dos intentos fallidos--- ayudó a escapar del penal a un estadunidense millonario a bordo de un helicóptero que aterrizó en el patio de la penitenciaria.

Aunque no lo dice en su libro testimonial "La fuga del siglo", lleno de franqueza y rencor hacia la mayoría de los corruptos policías mexicanos, es evidente que no desdeñó el ofrecimiento de una recompensa millonaria por ayudar a escapar al judío preso, pues de otra forma no se justifica que a casi treinta días para concluir su condena y poder salir caminando del penal por la puerta grande, haya arriesgado su libertad y hasta su vida en esa huida.

Claro, él dice que no lo hizo por dinero, sino por la amistad---nunca recíproca hasta el final del libro--- y más bien por la compasión y la lástima que le tenía al viejo, indefenso, avaro, pero siempre ingenuo, borracho y estafable judío millonario.

La operación de escape fue posible también por los vínculos---implícitos en el libro--- del judío con la CIA, lo que facilitó la salida del país de ambos prófugos.

Carlos Contreras nunca mencionó sus antecedentes criminales antes de llegar a México---que se suponen de contrabandista y espía--- y en el libro siempre se presenta como un hombre que jamás tolera "las malditas drogas", defensor de los débiles, caballero con las mujeres, amante carismático tipo macho alfa y que se presenta como el autor intelectual y material de los intentos de fuga del judío.

Posteriores publicaciones de otros autores reducen a la nada la participación del capitán de aviación y "narcotraficante" Carlos Contreras en la fuga del judío de apellido Kaplan y en cambio presentan a éste investido de todas las cualidades que se le niegan en el testimonio de Carlos Contreras.

Yo prefiero quedarme con el testimonio de Carlos Contreras por la sinceridad que se desprende de su testimonio y por una línea narrativa franca y natural, a pesar de los matices de moderno Robin Hood que no pudo evitar aprovechando la pluma en su mano.

Si me preguntaran qué libro regalarle a un preso, yo recomendaría irónicamente "La Fuga del Siglo" de Carlos Contreras Castro, Ediciones Carnel, Caracas 1973.

Y si me preguntaran qué libro me llevaría yo a una isla desierta, sigo pensando que lo más útil sería un puñado de revistas para caballeros.

He dicho.